Hoy se cumplen 82 años de la proclamación de la II República
Española. 82 años del comienzo de un periodo que, con algunos errores, fue el
que trajo los mayores progresos sociales de nuestra historia.
Grandes avances en educación, pública y laica, que en un país mayoritariamente rural y con una alta tasa de analfabetismo, permitieron llevar la cultura y el conocimiento a todas las personas. Se constituyó un estado laico y se primó el fin social del progreso económico. Los ciudadanos pudieron empezar a quitarse de encima el yugo del capital y de La Iglesia. En definitiva, una época en la que los españoles dejaron de ser súbditos, para ser ciudadanos de pleno derecho, que pudieron elegir los destinos de sus vidas. 5 años de progreso que fueron cortados por un golpe de estado fascista, que no se utilizó exactamente para restaurar una anticuada monarquía, sino para someter a los españoles a cuarenta años de dictadura y sufrimiento.
82
años después nos encontramos en una época en la que el gran capital nos somete
cada vez más a las leyes de su dictadura, en la que La Iglesia, financiada con
nuestros impuestos, campa a sus anchas con sus discursos reaccionarios, y en la
que la educación, la sanidad y los servicios públicos están en su peor momento,
con continuos recortes y privatizaciones, al dictado de políticas neoliberales.
A todo esto le sumamos un régimen político en decadencia, con la Casa Real de
escándalo en escándalo, un bipartidismo que salvaguarda sus privilegios y un
parlamento sin representatividad y sin la soberanía que le corresponde.
Sigamos trabajando por la III República y por el socialismo,
pero no solo hoy, debemos hacerlo durante todo el año, y no solo nosotros,
debemos apuntar hacia una convergencia que consiga
la hegemonía necesaria para dotar a este país del progreso y de la
verdadera democracia que necesita. Todos sabemos que los valores e ideales por
los que luchamos no son una utopía. Hace 82 años nuestros abuelos fueron capaces
de conseguirlo.
Por
todos ellos, y por todos los que lucharon y murieron por la República:
¡Viva la República!
